miércoles, 4 de febrero de 2015

INTENCIÓN MISIONERA DEL PAPA

"Para que los cónyuges que se han separado encuentren acogida y apoyo en la comunidad cristiana"


Hace unos días, el pasado 23 de enero, en el mensaje que el Papa Francisco hacía público para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, centrada en la familia, recordaba que, “cuando las familias están separadas entre ellas por muros de piedra o por los muros no menos impenetrables del prejuicio y del resentimiento, cuando parece que hay buenas razones para decir «ahora basta»; el único modo para romper la espiral del mal, para testimoniar que el bien es siempre posible, para educar a los hijos en la fraternidad, es en realidad bendecir en lugar de maldecir, visitar en vez de rechazar, acoger en lugar de combatir”.

Por eso “la «buena noticia» de la familia”, les decía a los miembros del Consejo Pontificio para la Familia, “es una parte muy importante de la evangelización, que los cristianos pueden comunicar a todos, con el testimonio de la vida; y ya lo hacen, esto es evidente en las sociedades secularizadas: las familias verdaderamente cristianas se reconocen por la fidelidad, por la paciencia, por la apertura a la vida, por el respeto a los ancianos... El secreto de todo esto es la presencia de Jesús en la familia. Propongamos por lo tanto a todos, con respeto y valentía, la belleza del matrimonio y de la familia iluminados por el Evangelio. Y por esto nos acercamos con atención y afecto a las familias en dificultades, a las que están obligadas a dejar su tierra, que están partidas, que no tienen casa o trabajo, o por muchos motivos están sufriendo; a los cónyuges en crisis y a los ya separados. A todos queremos estarles cerca con el anuncio de este Evangelio de la familia, de esta belleza de la familia”.