jueves, 12 de marzo de 2015

NOVENO DÍA NOVENA SAN FRANCISCO JAVIER


ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

Eterno Dios, Creador de todas las cosas : acuérdate que Tú creaste las almas de todos los hombres, haciéndolas a tu imagen y semejanza. Mira, Señor, cuántos mueren sin conocerte. Acuérdate, Padre celestial, de tu Hijo Jesucristo, que derramando libremente su sangre, padeció por ellos. No permitas que sea tu Hijo por más tiempo menospreciado e ignorado por los no creyentes, sino que sea reconocido con los ruegos y oraciones de tus escogidos los Santos y de la Iglesia, Esposa bendita de tu mismo Hijo. Acuérdate de todos los hombres y mujeres que no creen en ti. Haz que ellos conozcan también al que enviaste, Jesucristo, tu Hijo, que es salvación, vida y resurrección nuestra, por el cual somos libres y nos salvamos; a quien sea dada la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Aquí se reza un Padrenuestro, Avemaría y Gloria

Luego la reflexión correspondiente al día de la Novena

Después de la reflexión correspondiente a cada día, se pide la gracia que se desee conseguir.

Por último se rezan las dos siguientes oraciones:

ORACIÓN PARA TODOS LOS DIAS

Amabilísimo y amantísimo San Francisco Javier: adoro contigo humildemente a la Divina Majestad y le doy gracias por los singulares dones de gracia que te concedió en vida y por la gloria de que ya gozas. Te suplico con todo el afecto de mi alma, me consigas por tu poderosa intercesión, la gracia importantísima de vivir y morir santamente. Te pido también que me alcances la gracia especial que pido en esta novena...(aquí se piden las gracias espirituales y temporales que se desean). Y si lo que pido no conviene a la mayor gloria de Dios y bien de mi alma, quiero alcanzar lo que para eso fuere más conveniente. Amén.

ORACIÓN FINAL

Oh Dios, que quisiste agregar a tu Iglesia las naciones de las Indias por la predicación y por los milagros de San Francisco Javier: concédenos a los que veneramos la gloria de sus insignes merecimientos, que imitemos, también los ejemplos de sus heroicas virtudes. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.


DIA 9

Se entregó por completo hasta dar la vida

Francisco Javier se entregó por completo a Dios, hasta el final, sin dudar. Hablando de la larga navegación que le llevó desde Lisboa a Goa, escribe en cierta ocasión: “Creo que los que gustan de la cruz de Cristo nuestro Señor, descansan viniendo en estos trabajos, y mueren cuando de ellos huyen o se hallan fuera de ellos. ¡Qué muerte es tan grande vivir, dejando a Cristo, después de haberlo conocido, por seguir propias opiniones o aficiones! Y por el contrario, ¡qué intereses sino los de Jesucristo!

En su último viaje, cuando estaba a punto de llegar a China, debió detenerse en una isla llamada Sanción, a 10 km de la costa porque estaba prohibido ingresar a China, bajo pena de muerte. Un chino, jugándose la cabeza, se ofreció por veinte quintales de pimienta a llevar de noche a Javier y sus compañeros. Pero pronto todos lo dejaron solo por temor a los chinos. Mientras esperaban la oportunidad propicia para emprender el viaje al continente, Francisco enfermó de pulmonía. Debilitado por la enfermedad y el hambre, puesto que tampoco tenían provisiones, poco a poco su vida se fue apagando. Aunque había perdido el habla, se aferraba a su rosario y rezaba constantemente, hasta que por fin murió el 3 de diciembre, con 46 años, sin llegar a poder pisar China.

Francisco vive la más pura y desnuda lógica evangélica: “si el grano de trigo no cae y muere…”,  “el que quiera salvar su vida la perderá…”. Su vida, como la nuestra, se explica y tiene sentido sólo como testimonio del actuar del Padre, como transparencia suya, como signo de su presencia, y por lo tanto, como invitación dirigida a todos a mirar hacia la fuente de todo amor.

Oración
Dios Padre misericordioso, que tanto amaste al mundo que enviaste a tu Hijo único para salvarnos. Yo también quiero ser capaz de amar hasta el extremo, como lo hizo tu siervo San Francisco Javier, que no quiso ganar su vida, sino que la perdió por ti y por la predicación del Evangelio, hasta entregarla por completo muriendo en las costas de la China, cumpliendo con la misión que tu le habías encomendado.

Señor y Salvador nuestro, que nos amas incondicionalmente. Dame un corazón generoso, para que sea capaz de renunciar a mi mismo y de ofrecer mi vida por amor a los demás, tanto en las cosas pequeñas de cada día como en las situaciones que me exijan una actitud heroica, capaz de dar testimonio cristiano en todo momento y en todo lugar, en los distintos ámbitos en que me muevo cada día y hasta los confines de la tierra.
AMÉN