Francisco nació en el Castillo de Javier, cerca de Pamplona en el año 1506.
A los 19 años va a estudiar Filosofía a París. Conoce allí a Ignacio de Loyola y su amistad produce en él una profunda transformación que lo fue encaminando hacia una espiritualidad que cambiará el rumbo de su vida.
Participará con el santo de Loyola en la fundación de la compañía de Jesús y la extensión de la fe católica por todo el mundo.
Viajó a la India y posteriormente a Japón. Él fue el primer europeo en convivir con los japoneses, vestir y comer como ellos; fue un enamorado de sus costumbres; predicó en sus calles y bautizó a mucha gente.
Su idea era adentrarse en el gran imperio chino donde estaba penada con la muerte la entrada de cualquier extranjero. Lo intentó pero no pudo ser; murió a las puertas de China, en la isla de Sancián. La Iglesia lo declaró santo en 1622 y lo nombró patrono de la juventud y de las misiones.
