Este año para vivir bien la Cuaresma os proponemos una Cuaresma Misionera. La Iglesia nos pide que intensifiquemos nuestra oración, ayuno y limosna. Necesitamos convertirlos en acciones concretas, para que no se nos olviden. Por esa razón, os ofrecemos unas huchas . En ellas hay una intención de oración por un misionero, una persona como nosotros, pero marcada intensamente con el sello del Amor de Dios, capaz de dar la vida por los otros, en un sacrificio constante, lejos de sus hogares, de su país, de su cultura, porque han descubierto que su patria es el Cielo. El ayuno se ofrece por un país que sufre, bien por el azote del hambre, o el azote de la guerra.
Por último, la limosna. Estos misioneros dan su vida, que es lo que tienen, pero sólo podrán saciar las necesidades de nuestros hermanos, si nosotros somos capaces de renunciar no sólo a lo que nos sobra, sino incluso, a veces, a aquello que pensamos que nos hace falta, para así compartirlo con otros que lo necesitan mucho más.
Pidamos a Dios que nos dé un corazón generoso, capaz de olvidarse de sí para dar a los demás.
