Hace poco me puse a hacer la memoria de actividades de la
Delegación de Misiones de Alcalá de Henares. Una de nuestras prioridades en
esta delegación es la animación misionera directamente en los centros de
enseñanza de la diócesis, tanto públicos como concertados. Haciendo recuento,
me encuentro con que, a lo largo del año 2021 hemos visitado diecisiete centros
entre colegios e institutos y hemos dado testimonio ante 3.358 niños y jóvenes.
Entre ellos está la próxima generación de misioneros de la Iglesia católica.
Por eso les animamos a tener una amistad estrecha con Jesús y a preguntarle qué
quiere Él de ellos. Porque una posibilidad es que quiera que vayan «en su
Nombre» a anunciar que «tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito,
para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna» (Jn
3,16).
Cada visita, cada centro, cada alumno ha dejado una huella en
nuestro corazón. Pero ha habido situaciones especialmente conmovedoras, como
ese centro en que —a petición de los alumnos de 5º y 6º— tendremos que volver
este mismo curso para seguir hablando de las misiones, porque no quieren
esperar al año que viene. En efecto, estuvimos en marzo y volveremos en mayo.
¿Quién se lo puede negar? O ese otro instituto en que el profesor de valores,
hombre de mente abierta y capacidad de diálogo, propuso a sus alumnos unirse
ese día a los estudiantes de religión para escuchar a las misioneras, y él
mismo se sentó entre los jóvenes para escuchar y para preguntar con interés y
respeto.
Un agradecimiento especial se llevan los profesores de
religión que son, para muchos de sus alumnos y de sus compañeros de trabajo, un
ejemplo de entrega, un testimonio de fe y, en ocasiones un «signo de
contradicción» (Lc 2,34). Ellos son los que nos abren las puertas de sus aulas
con su sensibilidad por la misión. Ellos nos han permitido lanzar a cada uno de
esos 3.358 alumnos el mandato misionero: «Id, pues, y haced discípulos a todos
los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado» (Mt 28,19).
Hermana Beatriz
Secretaria