Pero, entre todos, nos impresionó lo que había hecho Elena Tortosa Fernández, una niña de 6º. Ella sola traía 130 euros para los niños de la misión del Fortín. Es una cantidad impresionante para una niña de 11 años. ¿Cómo los había conseguido? Elena fue pidiendo dinero uno por uno a cada uno de sus familiares y a las amigas de su abuela. Incluso sus primitos, de cuatro y siete años habían colaborado en la colecta de Elena. Consiguió contagiar a todas estas personas de su deseo de hacer el bien a tantos niños que, como ella decía, «de verdad lo necesitan». A cambio, Elena nos pidió oraciones por varias personas, especialmente por su madre, que está enferma de cáncer. Os pedimos a todos que recéis por ella y por toda la familia en estos momentos de tanto sufrimiento.
¿Pueden los niños ser misioneros? ¡Por supuesto que sí! Elena y sus compañeros de clase nos lo han demostrado. ¡¡Que el Señor bendiga su generosidad!!
