Los "Minisioneros" son un grupo de una veintena de niños y adolescentes de la Parroquia Natividad de Nuestra Señora de Mejorada del Campo. Su objetivo es construir "una verdadera red de solidaridad humana y espiritual entre los niños de los antiguos y nuevos continentes"
Minisioneros: los
niños ayudamos a los niños por amor a Jesús
«Los
niños ayudan a los niños». Ese es el lema de la Infancia Misionera que cerca de una veintena de niños y
adolescentes de la Parroquia Natividad
de Nuestra Señora de Mejorada del Campo
hemos hecho nuestro. No hay edad para comenzar a seguir a Cristo, como no la
hay para llevar a otros hacia Él, mostrando
con palabras y obras que su Reino de Amor está cerca. De esta verdad damos
testimonio los Minisioneros, que ese
es nuestro nombre.
En
nuestro tercer año de andadura, nosotros, pequeños ‘minisioneros’ herederos de la más antigua institución
mundial creada en favor de la infancia necesitada, nos hemos lanzado al
reto de hacer concreta nuestra ayuda. Gracias a la mediación de la Delegación de Misiones
y sus colaboradores, tenemos el objetivo de extender muestra misión hasta dos hogares de acogida situados en Perú:
uno en plena selva del Departamento de Madre de Dios, y otro en la populosa ciudad
costera de Trujillo.
Por
invitación de san Juan Pablo II, los
‘minisioneros’ hemos hecho nuestro el objetivo de construir «una verdadera red de solidaridad humana y espiritual
entre los niños de los antiguos y nuevos continentes». Siguiendo el ‘Decálogo
del Minisionero’, apoyados en la oración
diaria del denario misionero, mostramos en nuestra Parroquia, en Mejorada y
a cualquiera que se nos pueda cruzar, que con amor a Jesús, empeño, compromiso
cristiano y algún pequeño sacrificio económico, es posible componer un granito
de arena cada vez mayor para hacer de
este mundo un lugar más justo y fraterno.
Es
el mismo Jesús quien nos invita a ser como niños para entrar
en el Reino de los Cielos (cf. Mt 18, 3).
La Iglesia misma, a través de nuestro párroco y catequistas, nos anima a
perseverar en la iniciativa que nosotros mismos pusimos a flote hace ya tres
cursos: no dejar nunca que los males del pecado –que tantos daños han causado a
nuestros amigos en Perú– borren de nuestros corazones el anhelo de mostrar a
quienes más sufren ya aquí en la Tierra el rostro
alegre y misericordioso de Dios.
Ahora,
nos reunimos quincenalmente los
domingos por la tarde. Comenzamos nuestros encuentros con la oración del
denario misionero, pidiendo a Jesús y María que nos den el coraje, la ilusión,
la imaginación y la fuerza necesarias para cumplir nuestros ‘compromisos minisioneros’. Después,
revisamos el cumplimiento de estos últimos y ya avanzamos en la catequesis del
día. Este trimestre estamos aprendiendo a
tener y pidiendo al Señor “ojos abiertos” y “corazón inquieto” para
descubrir las necesidades materiales y de amor de nuestros prójimos y también
las tiernas caricias que Dios mismo nos
regala en nuestro día a día.
En
la recta final de cada uno de nuestros encuentros, compartimos juntos la
merienda y confeccionamos los materiales
que dentro de muy poco esperamos poder poner a la venta para que los
mayores nos ayuden en esta apasionante tarea de mostrar que Jesús ama a todos
los niños (cf. Mt 19, 14), y
especialmente –si pudiera decirse así– a aquellos que no viven con tanto cariño
y comodidades a su alrededor como nosotros.
Si
eres niño, tú también puedes ser ‘minisionero’ acudiendo
a nuestros encuentros. Si no eres tan niño, ayúdanos con tu oración y sigue
atento este blog para conocer todas nuestras novedades y, si está en tu mano,
ayudarnos pronto con la compra de alguna de nuestras manualidades.