jueves, 1 de octubre de 2020

SANTA TERESITA DEL NIÑO JESUS, PATRONA DE LAS MISIONES


 "Jesús es mi único amor". Santa Teresita, patrona de las misiones, grabó esta frase en en la madera del dintel de la celda que ocupó en el carmelo de Lisieux.


"La estrella de mi pontificado", llamaba Pío IX a Teresa, a quien beatificó y canonizó.

Al comenzar el mes de las misiones, dos palabras  que nos ayuden a enardecer el deseo de que Jesucristo sea conocido y amado, y que se vaya instaurando, con la fuerza misteriosa de la gracia de Dios y nuestra colaboración, la tan deseada "civilización del amor", el reinado de Dios, que comienza en el corazón de cada uno de nosotros. "Que se desborden sin cesar en mi alma las olas de ternura infinita que se encierran en Ti", desea santa Teresita.

Una vez oí comentar a un amigo sacerdote que él se daba cuenta cuando su hermana adolescente estaba enamorada porque hacía, cantando y con inusitada generosidad -"de mil amores"- las tareas domésticas, aún aquellas que no le tocaban. Y es que una persona enamorada, vuela.

"Jesús es mi único amor". ¡Mi amor! Si cada uno de nosotros puede decir con entusiasmo, expresando la experiencia vivida: "¡Jesucristo y yo somos grandes amigos!" (o algo semejante). O "¡Señor, cuánto nos queremos tú y yo!". Ahí hay un misionero que no podrá callarse el amor que ha encontrado.

Teresa del Niño Jesús manifestó su deseo de que su amor, Jesús, fuese conocido por todos. "Quisiera que todos lo amen como yo lo amo".
Si me permites una pregunta. Ahí va: ¿Qué tal tú con el Señor? Porque de la relación personal y enamorada con él brota la misión.

Por otra parte, os comparto la gracia de haber conocido a Teresa desde hace muchos años. No soy "devoto" de ella, Más que eso, Teresa es mi hermana. Una estrella que el Señor me ha regalado. Alguien con quien trato con toda confianza. Y ella me lleva a Jesús. No es obstáculo. Es ayuda. Estrella que me guía como llevándome de la mano.

Te invito a que comiences una amistad con ella. ¿Cómo? Hablando con ella de tú a tú. De lo que quieras. Te llevará a Jesús.

Día a día, momento a momento, podemos crecer en el amor o enfriarnos. no hay término medio. Bueno, sí lo hay, la tibieza y la mediocridad. Me parece que a nadie nos interesa esto. Así que, ¡adelante! en la amistad con el Señor. Ella, Teresa, puede ser una ayuda estupenda. Para que el mundo arda. Que todos participen de los frutos de la redención. Una nueva humanidad. La civilización del amor.

Arturo José Otero García
Delegado de Misiones
Diócesis de Alcalá de Henares