ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS
Eterno
Dios, Creador de todas las cosas : acuérdate que Tú creaste las almas de todos
los hombres, haciéndolas a tu imagen y semejanza. Mira, Señor, cuántos mueren
sin conocerte. Acuérdate, Padre celestial, de tu Hijo Jesucristo, que
derramando libremente su sangre, padeció por ellos. No permitas que sea tu Hijo
por más tiempo menospreciado e ignorado por los no creyentes, sino que sea
reconocido con los ruegos y oraciones de tus escogidos los Santos y de la
Iglesia, Esposa bendita de tu mismo Hijo. Acuérdate de todos los hombres y
mujeres que no creen en ti. Haz que ellos conozcan también al que enviaste,
Jesucristo, tu Hijo, que es salvación, vida y resurrección nuestra, por el cual
somos libres y nos salvamos; a quien sea dada la gloria por los siglos de los
siglos. Amén.
Aquí
se reza un Padrenuestro, Avemaría y Gloria
Luego
la reflexión correspondiente al día de la Novena
Después
de la reflexión correspondiente a cada día, se pide la gracia que se desee
conseguir.
Por
último se rezan las dos siguientes oraciones:
ORACIÓN PARA TODOS LOS DIAS
Amabilísimo
y amantísimo San Francisco Javier: adoro contigo humildemente a la Divina
Majestad y le doy gracias por los singulares dones de gracia que te concedió en
vida y por la gloria de que ya gozas. Te suplico con todo el afecto de mi alma,
me consigas por tu poderosa intercesión, la gracia importantísima de vivir y
morir santamente. Te pido también que me alcances la gracia especial que pido
en esta novena...(aquí se piden las gracias espirituales y temporales que se
desean). Y si lo que pido no conviene a la mayor gloria de Dios y bien de
mi alma, quiero alcanzar lo que para eso fuere más conveniente. Amén.
ORACIÓN FINAL
Oh
Dios, que quisiste agregar a tu Iglesia las naciones de las Indias por la
predicación y por los milagros de San Francisco Javier: concédenos a los que
veneramos la gloria de sus insignes merecimientos, que imitemos, también los
ejemplos de sus heroicas virtudes. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y
reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.
DIA 5
Su vida
fue un testimonio de amor
La
vida de Francisco fue un testimonio permanente de amor al prójimo. Cuando
recién iniciaba su primer viaje misionero, se desató a bordo una epidemia de
escorbuto, por lo que Francisco convirtió su camarote en enfermería y se dedicó
a cuidar a todos los enfermos.
En
la India, pasaba sus mañanas asistiendo y consolando a los enfermos y a los
presos, en hospitales y prisiones miserables.
Cuenta Francisco en una de sus cartas: "Aquí en Goa dediqué
mucho tiempo al hospital; confesaba y comulgaba a los enfermos que allí
estaban; eran tantos los que venían a confesarse, que, si estuviera en diez
partes partido, en todas ellas tuviera que confesar. Después de cumplir con los
enfermos, confesaba por la mañana a los sanos que me venían a buscar; y después
de mediodía iba a la cárcel a confesar los presos, dándoles alguna orden e
inteligencia primero del modo y orden que habían de tener para confesarse
generalmente…"
Todos
los domingos celebraba la misa a los leprosos, predicaba a los cristianos y a
los hindúes y visitaba las casas de todos .
Su amabilidad y su caridad con el prójimo le ganaron muchas almas. Su amor y su entrega hicieron que los paravas le
consideraran un padre. En estos lugares, cuando llegaba,
bautizaba a todos los muchachos que no eran bautizados; de manera que bauticé
una gran multitud de infantes que no sabían distinguir la mano derecha de la
izquierda. Cuando llegaba en los lugares, no me dejaban los muchachos ni rezar
el Oficio, ni comer, ni dormir, sino que les enseñara algunas oraciones.
Entonces comencé a conocer por qué de los tales es el reino de los cielos.
Oración
Señor
Dios, que no nos llamaste servidores, sino amigos, te pido que me ayudes a
imitar a San Francisco Javier en su heroica virtud de la entrega a los demás.
Prepara mi corazón para estar siempre dispuesto a ayudar a quienes lo
necesiten, aun cuando no me lo pidan. Que sepa descubrir en cada hombre y
mujer, un hermano a quien amar.