jueves, 2 de junio de 2016

INTENCIÓN MISIONERA PARA JUNIO

Vivir la alegría del Evangelio


"Para que los seminaristas y los novicios y novicias tengan formadores que vivan la alegría del Evangelio y les preparen con sabiduría para su misión."

Y es también lo que pedía el mismo Papa a los obispos de Burundi, una Iglesia joven, con muchas vocaciones, llegados a Roma en visita ad limina:

"No puedo dejar de alentaros a cuidar la formación de los seminaristas, a los que el Señor llama en gran número en vuestro país, y me alegro de la reciente apertura del cuarto seminario mayor. Además de la indispensable formación intelectual, los futuros sacerdotes también deben recibir una sólida formación espiritual, humana y pastoral. ¡Son los cuatro pilares de la formación! En efecto, durante toda su vida, en la cotidianidad de sus relaciones humanas, llevarán el Evangelio a todos; en el ministerio sacerdotal no debe haber «un predominio de lo administrativo sobre lo pastoral, así como tampoco una sacramentalización sin otras formas de evangelización» (Evangelii gaudium, 63). El diálogo personal que el seminarista mantiene con el Señor es el fundamento de todo itinerario vocacional. De esta fuente deberá brotar el impulso misionero del sacerdote, llamado a «salir» decididamente de sí mismo para anunciar el Evangelio. Hoy las vocaciones son frágiles, y los jóvenes tienen necesidad de ser acompañados atentamente en su camino. Deben contar con formadores sacerdotes que sean verdaderos ejemplos de alegría y de perfección sacerdotal, que estén cerca de ellos, compartan su vida y los escuchen verdaderamente para conocerlos bien y guiarlos mejor. Sólo de este modo se puede realizar un discernimiento correcto y evitar errores desagradables".

OMPRESS-ROMA (1-06-16)