El Domingo del Buen Pastor, que este año es
el día 25 de abril, celebraremos la Jornada de Oración por las Vocaciones junto
a la Jornada de Vocaciones Nativas, promovida por OMP desde la Obra
Pontificia de San Pedro Apóstol. Para
la organización de esta jornada trabajan de forma conjunta la Subcomisión de
Seminarios, la Confederación de Religiosos, la Coordinadora de Institutos
Seculares y las Obras Misionales Pontificias.
Toda la
Iglesia debe orar por las vocaciones, tanto al sacerdocio como a la vida
consagrada, pero, desde la Dirección Nacional de Obras Misionales Pontificias
nos recuerdan que, en muchas partes del mundo, los jóvenes llamados al
sacerdocio y a la vida consagrada, además de oraciones, necesitan nuestra ayuda
económica para poder completar una formación que les ponga al servicio de la
Iglesia y del Reino de Dios. Por eso, la
Jornada de Vocaciones Nativas busca encauzar la generosidad de los fieles de
todo el mundo para que «ninguna
vocación se pierda por falta de medios» y
nos mira directamente a los ojos para decirnos: «Ponte
en su piel».
Para asegurar que ninguna vocación en
tierras de misión se pierda por falta de medios económicos, Obras Misionales
Pontificas ha creado un sistema de «becas de
estudio».
Sostener la formación de un curso académico completo de un seminarista o
novicio/a cuesta 350 euros, unos 30 euros al mes. Ojalá que de nuestra Diócesis de Alcalá de Henares salgan muchas becas
para sostener la vocación de estos jóvenes generosos que se ven frenados en su
deseo de entregarse a Dios y a sus hermanos solo por un puñado de dólares. ¡¡Es
mucho más lo que ellos van a entregar a la Iglesia!!
En la
web oficial de OMP encuentran toda la información sobre esta campaña,
incluida la versión online de la revista Illuminare
dedicada a esta campaña:
https://www.omp.es/jornada-de-vocaciones-nativas-21/
Para colaborar
con una beca de estudios:
https://www.omp.es/wp-content/uploads/2020/04/colabora-vocaciones-nativas-2020-omp.pdf
Las vocaciones
surgidas en los territorios de misión son un tesoro que la Iglesia debe cuidar.
¿Nos ayudas?