jueves, 27 de octubre de 2022

La vida consagrada con el Domund

 


Llegamos al final de la agenda de actividades del «Domund al descubierto» con un broche de oro: la reunión para orar por las misiones y los misioneros de la vida consagrada de la provincia eclesiástica de Madrid. En efecto, el viernes 28 de octubre de 2022, a las 20:30 horas, en la Catedral-Magistral de los Santos Niños Justo y Pastor, tendrá lugar una adoración eucarística presidida por el administrador apostólico de la Diócesis de Alcalá, Mons. Jesús Vidal Chamorro.

El pasado domingo, 23 de octubre, la Iglesia celebraba la Jornada Mundial de las Misiones bajo el lema «Seréis mis testigos», en este año 2022 en el que se han dado cita varios importantes centenarios relacionados con el mundo misionero, entre ellos el segundo centenario de la «Obra de la Propagación de la Fe», que puso en marcha ese movimiento de colaboración con las misiones que hoy conocemos como el Domund.

En la Francia del siglo XIX, la Iglesia emergía de la grave persecución de la Revolución Francesa. Durante el período napoleónico (1804-1815), las Misiones Extranjeras de Paris solo pudieron enviar a Extremo Oriente dos misioneros. Fue en estas circunstancias que el Espíritu Santo se posó sobre la joven Pauline Marie Jaricot, que, tras una vida acomodada y mundana, había encontrado en el amor de Cristo la felicidad que sus vanidades le negaban.

Pauline se descubrió «hecha para amar y obrar» y, con solo diecinueve años, escribió las líneas generales de una asociación a favor de las misiones que tomó el nombre de Obra de Propagación de la Fe. El compromiso era muy simple: rezar por las misiones y aportar para ellas una cuota semanal de cinco céntimos. Su plan tuvo un éxito más allá de cualquier previsión. La idea encendió muchos corazones y el proyecto se propagó como la pólvora. Cien años después, como confirmación de su espíritu misionero y de servicio a la Iglesia universal, Pío XI declaró la Obra de la Propagación de la Fe «Pontificia».

El pasado 22 de mayo de 2022, Pauline Jaricot fue beatificada en Lyon, Francia. De su mano, la vida consagrada de la Provincia Eclesiástica de Madrid se pone en oración, a la escucha de su Esposo «amado sobre todas las cosas» (LG 44), intercediendo por la misión y los misioneros, pidiendo «al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies» (Lc 10,2) y recordando, como explica el Papa Francisco en su Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones de este año, que «cada cristiano —y de modo especial cada consagrado— está llamado a ser misionero y testigo de Cristo».