viernes, 14 de octubre de 2022

Rosario Misionero 2022


El pasado 8 de octubre de 2022 tuvimos, un año más, el ya tradicional Rosario Misionero en nuestra Diócesis de Alcalá. Esta vez no pudo ser procesional por coincidir con otros eventos de la ciudad, pero no por eso tuvo menor acogida. El acto se desarrolló en el interior de la Iglesia de san Bernardo en la ciudad de Alcalá de Henares, pero con una proyección misionera, porque un equipo de voluntarios salió a la plaza a la que se abre el bellísimo templo barroco evangelizando e invitando a los que pasaban a compartir nuestra oración. De hecho, muchas personas entraron a lo largo de la noche y cada una de ellas se llevó un Rosario Misionero. Entre las peticiones por las que ofrecimos el Rosario, una de las primeras era precisamente esa: por los que iban a recibir el testimonio de los voluntarios esa misma noche.

Se unieron para rezar y cantar los distintos rostros de la misión en nuestra diócesis. Con nosotros estaban los Misioneros de Verbum Dei, los misioneros laicos de Ocasha, jóvenes que habían hecho el viaje misionero con nosotros este año, además de miembros de las comunidades ucraniana y venezolana. Se ganó el corazón de todos los asistentes el coro de niños de la parroquia Virgen de Belén, una parroquia de Alcalá en que la población mayoritaria es de inmigrantes procedentes de diversos países de África e Hispanoamérica, que cantaron con entusiasmo y calor a la Virgen María. Contamos con la presencia de miembros de otras comunidades misioneras presentes en la diócesis como Ekumene, Servidores del Evangelio de la Misericordia… Una gran familia misionera se reunión para orar con María y escuchar la voz del Maestro que nos envía a la misión diciéndonos: «Seréis mis testigos».

Estaba presente don José María Calderón, director nacional de OMP, que asistió junto con el delegado de Misiones de Madrid, don Manuel Cuervo Godoy. La oración concluyó con unas palabras de don José María, que nos invitó a rezar juntos la oración del Domund de 2022. Cerró el acto la bendición final. Fue una preciosa noche en que pudimos recordar que es Nuestra Madre la que forma nuestro corazón para que seamos testigos de Jesucristo ante el mundo.